Roberto Carlos, nuestro pregonero de fiestas del año 2000


Sin duda, el acto más multitudinario de las pasadas fiestas patronales, el que más visitantes atrajo y el que más ilusión despertó fue el Pregón de Fiestas que el jugador de fútbol Roberto Carlos pronunció en El Hoyo de Pinares. Muchas personas, tanto del pueblo como de fuera, nos han preguntado que hubo "detrás del telón" de aquella jornada inolvidable. Fueron tantas cosas, tantos preparativos, tantos detalles, que sería imposible contarlos todos, pero sí merece la pena recordar brevemente algunos apuntes.
 
Cuando el concejal de festejos Francisco Organista (Paco Cuadrao para los amigos y paisanos) me encomendó la preparación del pregón de fiestas de ese año, acudí a Chus Galán, periodista de Telemadrid, prima mía y vinculada familiarmente a la localidad. Le pedí que, por ser el último pregón del siglo XX, tenía que ayudarnos a preparar algo muy especial y, sin dudarlo, aceptó el reto y, como en otras ocasiones, se dispuso a colaborar con el Ayuntamiento y, en definitiva, con el pueblo.
 
Chus, que actualmente forma parte del equipo del programa Buenos Días en la cadena autonómica madrileña, había cubierto durante largo tiempo la información del Real Madrid, por lo que son muchas sus amistades y contactos en ese club. Me indicó distintos nombres de jugadores con los que tenía buena relación y, sin dudarlo, de entre ellos elegí el de Roberto Carlos. A la fama internacional y a la calidad deportiva, se unía en el brasileño su conocida simpatía. Más tarde descubriría algo que ya sospechaba: que también se unía su gran humanidad.
 
Se le propuso pronunciar el pregón y le sorprendió tanto la idea que creo que le hizo gracia, le llamó la atención, porque era algo que nunca había hecho. Pero había un serio inconveniente: el calendario de competición. El día anterior su equipo disputaba en Alemania un encuentro de la Liga de Campeones y era más que previsible que, después de la fatiga del partido y del viaje, tuvieran también entrenamiento, aparte de que el sábado volvían a jugar un partido de liga y tendrían que concentrarse unos días antes, con lo que resultaba complicado que pudiera estar en El Hoyo de Pinares el 28 de septiembre. Los días pasaban, las gestiones seguían, y la insistencia de Chus iba consiguiedo poco a poco su propósito. Roberto nos propuso que lo anunciáramos y, si finalmente no podía ir, que lo suspendiéramos, pero Chus le explicó que eso sería una desilusión muy fuerte para la gente y que la respuesta, afirmativa o negativa, tenía que ser definitiva por su parte, salvo causa de fuerza mayor. Casi todos los días Chus hablaba con el jugador, luego conmigo y yo transmitía la marcha de las gestiones al alcalde y al concejal de festejos.
 
La edición del Programa de Fiestas tenía que cerrarse ya y aún no teníamos respuesta pero, como "la puerta estaba abierta", no procedía descartarlo. En el programa no apareció, pues, el nombre del pregonero y, si finalmente Roberto Carlos no podía venir, se contrataría a un humorista o similar de forma urgente. Merecía la pena esperar mientras hubiera la posibilidad de dar esta "campanada".
 
Chus habló finalmente con Vicente del Bosque, quien dijo que su previsión era no entrenar a su vuelta de Alemania pero que, en todo caso, siempre se reservaba el lógico derecho de modificar sus planes deportivos. Roberto, al conocer que la previsión era no entrenar ese día, por fin dijo definitivamente que sí. Confirmado: teníamos un pregonero de lujo para nuestras fiestas. Y el anuncio no se hizo esperar.
 
Llegó el partido del 27 de septiembre y Roberto Carlos marcó dos golazos al Bayern. Algunos empezaban a hablar de él como candidato al Balón de Oro. En cualquier caso, se acababa de ganar la portada de los diarios deportivos del día siguiente. Pero ese día siguiente, casualmente, el brasileño estaba en El Hoyo de Pinares. Era una oportunidad promocional única para nuestro pueblo.
 
Enviamos un nuevo comunicado de prensa urgente, vía correo electrónico, a los medios de comunicación nacionales. Enseguida empezaron a acusar recibo y a interesarse por los detalles del pregón. Pero la mejor publicidad la hizo el propio Roberto Carlos: a todos los medios informativos que querían concertar entrevistas con él para el día 28 de septiembre les anunciaba que estaría pronunciando el pregón de fiestas "en el pueblo de Chus". A partir de ahí, el móvil de esta periodista, el teléfono de la Policía Local de El Hoyo de Pinares, el del despacho de la alcaldía y mi propio móvil "echaron chispas" durante las siguientes horas y hasta poco antes del pregón de fiestas. Numerosos aficionados querían desplazarse hasta esta villa abulense a ver más de cerca a su ídolo. Todos los medios de comunicación pedían detalles, preparaban su presencia y buscaban entrevistas. Los principales programas deportivos radiofónicos se interesaron: José Antonio Abellán, de la COPE; José María García, de Onda Cero; y José Ramón de la Morena, de la Cadena Ser, dieron amplia cobertura a la presencia de Roberto Carlos en El Hoyo de Pinares, como hicieron también los periódicos deportivos madrileños, Marca y As. Estuvieron igualmente presentes en nuestra localidad nada menos que cinco canales televisivos: Telemadrid, TVE, Antena 3 TV, Real Madrid TV (de Canal Satélite Digital) y Canal Plus. Los medios de comunicación abulenses, tanto emisoras de radio como El Diario de Ávila, ofrecieron amplia información sobre el acto.
 
Finalmente, Del Bosque cambió de parecer y el día señalado para el pregón convocó un entrenamiento matinal. La cosa se complicaba, pues los contratiempos no terminaban ahí: también surgía la necesidad de realizar una intervención quirúrgica al hijo de Roberto Carlos, una operación relativamente leve, pero que hacía prever que la presencia del jugador en el hospital nos obligara a desconvocar el pregón. Sin embargo, Roberto recordó lo que Chus le había dicho en su día, pensó en que al cancelar su presencia iba a desilusionar a muchísima gente, conocía la expectación despertada y, contra todo pronóstico, mantuvo su compromiso y su palabra, algo que jamás le agradeceremos lo suficiente. Un jugador del estatus profesional y económico de Roberto Carlos, después de disputar un partido en Alemania, de realizar un viaje en avión hasta España, un entrenamiento en la Ciudad Deportiva y varias entrevistas, teniendo además a su pequeño en el hospital, obviamente no se hubiera desplazado ese día a un pueblo de tres mil habitantes ni a ningún otro sitio a dar el pregón de fiestas ni por todo el oro del mundo. Y, sin embargo, vino desinteresadamente a El Hoyo de Pinares, en medio de todas esas circunstancias. Y es que, como decía Eduardo Navarrete hace unos años -con ocasión también del pregón de Javier Valero, la voz de los guiñoles de Canal Plus- "hay cosas que sólo se hacen por amistad". En este caso, pudimos comprobarlo cuando, con una auténtica "paliza" en el cuerp, cada vez que se le preguntaba por el siguiente paso de su visita, Roberto contestaba invariablemente: "lo que diga Chus".
 
En la presentación, junto al curriculum deportivo de Roberto Carlos, destaqué sus cualidades humanas. No era para menos y nos lo había demostrado con creces.
 
Cuando el futbolista entró en la plaza y la vio absolutamente abarrotada de personas aclamándole, desechó el escrito que inicialmente tenía preparado y optó por la improvisación. Se sentía a gusto entre las gentes de El Hoyo. Chus le iba soplando y recordando algunos detalles, y el madridista hizo gala de su simpatía y "se quedó con el personal". Animó a los más pequeños a practicar deporte, a entrenar, a superarse. Hizo un guiño provocativo a los aficionados: "aquí todos seréis del Madrid, ¿no?", a lo que rápidamente muchos jóvenes presentes respondieron "chivándose" con un grito repetido que provocó la sonrisa de todos los medios de comunicación presentes: "¡El alcalde es del Barça!". Yo, que soy un sufridor del Atleti, puse mis barbas a remojar. Hubo quejas sobre las curvas y el mal estado de la carretera de Valdemaqueda (por fin, Roberto, podemos confirmarte que, un año después, está aprobado su arreglo); era el viaje más largo que el madridista había hecho en España con su propio vehículo, puesto que habitualmente se desplaza en avión o en el autobús del equipo. Y unas palabras cariñosas: "Ya sé que su equipo de fútbol usa los mismos colores que el Rayo Vallecano, así que este año, siempre que juegue con el Rayo, creeré que estoy jugando con El Hoyo, me acordaré siempre de ustedes". La plaza tronaba aclamando al jugador y éste respondió en todo momento a las muestras de afecto.
 
A petición nuestra, dejó una camiseta firmada para que el F.C. Hoyo Pinares pudiera rifarla y obtener fondos, y unos cuantos balones que se sortearon gratuitamente días más tarde entre los más pequeños de la localidad.
 
Unos ejercicios de habilidad, el recuerdo entregado por el alcalde, Fausto Santamaría, y los obsequios de la Peña Madridista local, pusieron fin a un acto que forma ya parte de nuestra pequeña historia local y que algunos niños que estuvieron ese día en la plaza contarán todavía a sus hijos o a sus nietos dentro de mucho tiempo: aquellas fiestas del año 2000 en que Roberto Carlos fue nuestro pregonero...
 
Dos últimos detalles entrañables. Al llegar a la plaza y ver a la gente, Chus le preguntó: "¿ves como sí merecía la pena?" y Roberto asintió sonriente, sin dejar de mirar sorprendido a los hoyancos y visitantes que le acogían con tanto cariño. Cuando nos marchábamos, callejeando con el vehículo de la Policía Local para poder despistar a la masa de aficionados y que Roberto Carlos pudiera por fin marcharse a Madrid a ver a su hijo, nos comentaba "es grande este pueblo". Pero la sensación que nos dejó a todos es que su talla humana sí que es indudablemente grande.
 

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Fuente | Publicado en Diario de Ávila, 26 septiembre 2001.
 
Ilustración | Fotografía de Pérez Anguas publicada en el diario As el 29 de septiembre de 2000.